Restauradores del ambiente

Por Víctor J Falcón Borges

Somos individualidades en el enjambre humano que necesita revitalizar el ambiente.

«Primero fue necesario civilizar al hombre en su relación con el hombre. Ahora es necesario civilizar al hombre en su relación con la naturaleza y los animales.»

Victor Hugo

Persiste el convencimiento en la generalidad de la población de que la crisis ambiental solo la pueden resolver quienes la han generado: «los empresarios amparados en gobiernos que no saben cómo controlarlos».

Si es cierto que ellos son en gran parte la causa del cambio climático, también lo es que nosotros tenemos el poder de condicionar lo que compramos, medio por el cual podemos modular su comportamiento y exigirles un real compromiso con el ambiente.

Queda en evidencia que revertir la crisis climática y prevenir que se repita solo es alcanzable si ajustamos la conducta de cada uno de nosotros: los consumidores.

El desarrollo de un comportamiento colectivo favorable no sucederá de forma natural ya que depende del ejercicio del don personal que tenemos de elegir; lo que cada persona decida influirá sobre el comportamiento del colectivo humano.

Somos individualidades en el enjambre humano que necesita revitalizar el ambiente, utilizando la energía del empeño y dedicación de cada persona en focalizarse en el rol que desempeña en la sociedad, su contribución a la superación de una crisis climática ya declarada.

Múltiples oportunidades a nuestro alcance.

La curiosidad por interpretar lo desconocido ha sido el motor interno en la evolución humana; estamos en capacidad, si así lo decidimos, de desarrollar hábitos personales para la protección del ambiente y compartirlos con las personas que nos acompañan:

* Mi cotidianidad

Sin distraernos en analizar lo que hacen los demás, lo importante es hacer lo que nos corresponde en lo personal, comenzando por prestar atención a las señales que la naturaleza nos está enviando.

El uso racional de los servicios públicos, consumir solo lo necesario y sin desperdicios, desempeñar nuestro trabajo con ecología, aprender del pasado evitando repetir equivocaciones, influenciar a otros a sintonizarse con una conducta apropiada… todo ello y mucho más está a nuestro alcance.

* Mi profesión, oficio u ocupación

La vinculación del trabajo con el cuidado del ambiente es muy directa a la vez que variable, no solo los oficios relacionados con el funcionamiento del clima y la ecología son relevantes, el ejercicio de cualquier actividad puede aportar soluciones.

Al identificar los roles que desempeñamos en la sociedad como actores que somos en la obra de la naturaleza, podremos aplicar las leyes de la energía: visualizando los resultados que persigo (eficacia) y la actitud y comportamiento que hace falta para lograrlo (eficiencia).

TABLA DE EFECTIVIDAD PERSONAL EN PERSPECTIVA

* El nivel de desempeño en mi oficio u ocupación

Las tecnologías, aun siendo ecológicas, requieren de operarios y gerentes que las hagan funcionar bien, el espacio que se nos abre para actuar y dar nuestra contribución: productos y servicios ecológicos, sin desperdicios, los mejores métodos con uso mínimo de energía, uso balanceado de todos los recursos que intervienen en la cadena de adquisiciones, producción, distribución y consumo.

De forma constante se hacen mejoras para reducir la cantidad de empaques, el reciclaje de materias primas y partes, el uso de materiales biodegradables y muchas otras iniciativas.

* Vinculación de nuestro oficio con los trabajos de otros

Un recolector de basura ejecuta una actividad importante en la vecindad y nosotros apoyamos su trabajo cuando generamos menos basura o la entregamos clasificada para su reciclaje.

El producto o servicio intermedio que entregamos a la comunidad lo recibe alguien más: otra empresa, comerciante, cliente o individuo, y nuestro aporte consiste en que su contenido y forma de entrega sea ecológico o se preste para su ulterior transformación en procesos certificados como ecológicos.

* La opinión critica de las nuevas tecnologías y su forma de uso 

Aprender a evaluar los avances tecnológicos también es parte de nuestra responsabilidad individual para prever o prevenir su incidencia negativa en el ambiente, condicionar su uso si fuese necesario y tomar la decisión de incorporarla a nuestra forma de vida, actuando según lo dicte nuestra conciencia.

* La participación en emprendimientos o en su adopción colectiva 

No todas las tecnologías son buenas o se aplican debidamente y no todos podemos ser directores de orquesta; en una primera aproximación nuestra mejor opción radica en la decisión de aceptar un nivel de coordinación, en bloque, apoyados en las mejores mentes y defensores de la sociedad y el ambiente, como forma de facilitar el desarrollo de emprendimientos ecológicos hasta su culminación y uso exitoso.

El impacto de la acción personal en el colectivo.

Los variados aportes individuales que se acaban de analizar son muy importantes pero su trascendencia estriba en que influencian y repercuten en el comportamiento general de otros miembros de la sociedad, donde sus efectos:

* son sinérgicos; es decir se amplían exponencialmente al vincularse con los aportes que hacen otras muchas personas;

* se proyectan en las conductas y actitudes de aquellos que perciben la disposición sincera y la intencionalidad emocional que demuestra la persona con sus contribuciones;

*  concentran la energía de muchos, siendo posible fortalecer la activación de los procesos donde se aplica, el efecto de la resonancia vibracional de los comportamientos coincidentes que alinean a la gente;

* crean círculos virtuosos de retroalimentación, ya que mientras más personas se adscriben a un comportamiento particular, mayores son las posibilidades de que muchas otras se incorporen.

Somos como individualidades precursores y activadores de la conducta ecológica de los demás. Somos poderosos y disponemos de guías evolutivas que nos permiten canalizar grandes cantidades de energía hacia el colectivo con las cuales cambiar la conducta general de la población mundial con el ecosistema, la posibilidad real que tenemos para resolver la crisis climática y convertirnos en restauradores del ambiente.

¡Hagamos el cambio!

«La peor amenaza para nuestro planeta es creer que alguien lo salvará.»

Robert Swan

 

Escrito por

Víctor José Falcón Borges

El Don de la Energía

www.eldondelaenergia.com

¡Gracias por compartir este artículo!

Del autor

Víctor José Falcón Borges

BChem, BEng (Chem), MEng (BioChem), MBA, AMIChemE

Soy Víctor José Falcón Borges, profesional de la química, ingeniería química y bioquímica y administración de empresas, docente de pre y posgrado, con experiencia en ciencias gerenciales y negocios, pero también un amante la naturaleza, la vida y la familia.

Por más de 40 años me he dedicado de forma sostenida a la consultoría gerencial, trabajando con empresas líderes, dando soporte a proyectos de relevancia y usando metodologías propias, con la convicción que la tecnología no es suficiente sin una buena gestión gerencial que alinee los recursos humanos y la conservación del medio ambiente que nos sostiene.

Otros artículos