Los siete niveles de la energía evolutiva

Por Víctor J Falcón Borges

La energía que nos regala el Universo es inmensa, pero la humanidad solo tiene una capacidad limitada para aprovecharse de ella y la ha ido incorporando poco a poco en siete etapas evolutivas.

«Al vivir en un mundo globalizado necesitas una comprensión panorámica de la historia para entender verdaderamente tu propia vida

Harari, Y. N, “Sapiens”

La energía origina, determina y controla la movilización de todo lo que existe y acontece en el cosmos, en el planeta Tierra y en la vida de cada uno de los que participamos en el experimento universal.

Para entender lo que nos está sucediendo como civilización humana, el blog de “El Don de la Energía” ha reunido de variados artículos los elementos centrales del funcionamiento de la energía, sus repercusiones en nuestras vidas y su utilización para resolver la crisis ambiental que atravesamos.

La energía que nos regala el Universo es inmensa, pero la humanidad solo tiene una capacidad limitada para aprovecharse de ella y la ha ido incorporando poco a poco en sus etapas evolutivas.

Identificar por separado estos aportes incrementales nos permitirá tener presentes las capacidades de las que disponemos para utilizarlas en la recuperación de nuestro ambiente.

Etapas evolutivas y sus aportes incrementales de energía

1- La creación de la “vida”. La energía del Universo moviliza todo lo que encuentra en su camino; lo ha hecho con la materia inanimada y luego inventó la materia viva para transferir energía por intermedio de los seres vivos, colocando a los humanos en la ruta de la evolución y desarrollando sus procesos vitales para utilizar la energía con increíble efectividad, de forma tal que solo se preservan los cambios que han demostrado ser útiles.

2- La aparición del “hombre inteligente”. El “homo sapiens” se distingue por su cerebro inteligente, con capacidades y competencias novedosas acumuladas como energía evolutiva. Lo incremental aquí es que la naturaleza facultó a los humanos para intervenir y modificar la evolución de los procesos naturales que tienen lugar en el ecosistema, e inclusive, su propia evolución.

3- Las “comunidades humanas productivas”. Combinar la energía de muchas personas para resolver necesidades grupales es una ventaja evolutiva. Nos establecimos en comunidades humanas con capacidades para obtener alimentos, vivienda y seguridad, la forma natural de usar mejor la energía reduciendo el esfuerzo personal.

Al vivir asociados surgen civilizaciones dispersas en el mundo que utilizan las capacidades mentales de la humanidad para producir conocimientos y aplicarlos.

La energía contenida en las culturas de los babilónicos, griegos, romanos… se combina con la de los hindúes y chinos a través de la ruta de la seda; los árabes rescatan estos conocimientos dispersos por las frecuentes guerras y desarrollan la matemática, medicina, artes… que luego se transfieren a la Europa del Renacimiento; muestra de la consciencia del hombre civilizado que ha acumulado energía en conocimientos, experticias y habilidades prácticas.

4- “Las aplicaciones tecnológicas”. La forma para aprovechar más energía del universo surge al desenmascarar las leyes de la energía; inventamos la máquina de vapor, luego propulsada por combustibles fósiles, el uso muy eficaz de la energía con el que alcanzamos un desarrollo económico y social impresionante en la sociedad industrial.

A mediados del siglo XX nos dimos cuenta que se nos olvidó incorporar la segunda ley de la energía: la eficiencia, la causa de los graves problemas que hemos tenido que sortear, entre otros muchos: la destrucción de la capa de ozono, la biodiversidad y el calentamiento global.

5- “Más conocimientos” en expansión. Con el desarrollo del computador y la informática surgen ideas novedosas para facilitarnos la vida, un cambio radical con el que ha sido posible incrementar la eficiencia de manera impresionante, la segunda ley de la energía.

Cálculos y análisis de situaciones que antes consumían esfuerzo y tiempo ahora los realizamos con sencillez y rapidez: buscamos soluciones con la asistencia del computador, las optimizamos, las transferimos a distancia, vinculamos a más gente con las soluciones… la participación global de la humanidad en su propio desarrollo con el cual logramos usar la energía con más eficacia y con más eficiencia a la vez, o sea, más efectividad.

6- Una sociedad eficaz, aunque desordenada. La sociedad actual es el  escenario de graves problemas que tienen a nuestra especie al borde de una sexta extinción; situación que nos exige reasumir el curso de la evolución humana, ahora con un conocimiento más amplio de la realidad de nuestro entorno, una conciencia más clara acerca de los acontecimientos que están teniendo lugar y el ejercicio de nuestra responsabilidad para aplicar la energía y actuar de forma más consciente, inteligente e integrada, para lograr la efectividad que necesitamos como especie para sobrevivir.

7- La sociedad reordenada… ¡Un futuro por construir! La próxima etapa energética de la civilización humana.

¡Hagamos el cambio!

El riesgo de no alinearnos a estas realidades es, como dicen en el argot deportivo, “que nos pongan a jugar banco en el campeonato de la evolución”.

Víctor J. Falcón Borges

 

Escrito por

Víctor José Falcón Borges

El Don de la Energía

www.eldondelaenergia.com

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Del autor

Víctor José Falcón Borges

BChem, BEng (Chem), MEng (BioChem), MBA, AMIChemE

Soy Víctor José Falcón Borges, profesional de la química, ingeniería química y bioquímica y administración de empresas, docente de pre y posgrado, con experiencia en ciencias gerenciales y negocios, pero también un amante la naturaleza, la vida y la familia.

Por más de 40 años me he dedicado de forma sostenida a la consultoría gerencial, trabajando con empresas líderes, dando soporte a proyectos de relevancia y usando metodologías propias, con la convicción que la tecnología no es suficiente sin una buena gestión gerencial que alinee los recursos humanos y la conservación del medio ambiente que nos sostiene.

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