Las rutas verdes para revitalizar el ambiente

Por Víctor J Falcón Borges

Al incorporar nuevas tecnologías para dinamizar la economía dañamos el ecosistema; su revitalización solo es posible mejorando la conducta ecológica de cada persona.

«Cuando quieras cambiar y mejorar el mundo y su gente, empieza por tu persona; comienza por revisar y ajustar tus creencias.» 

Alex Rovira

Somos los artífices de la construcción de la sociedad pues nosotros le suministramos la energía por medio del ejercicio de nuestra vida; no siempre lo hacemos de la manera correcta, por lo que debemos asegurarnos que sea para favorecerla y no para afectarla.

Conocer las fortalezas personales que nos diferencian de los demás y utilizarlas para explorar y generar mejoras efectivas en el ecosistema es la ruta por la que nuestra energía personal rendirá sus mejores frutos.

Nuestra intención moviliza esta energía, las compuertas que necesitamos abrir para apoyar la revitalización del ambiente. Es difícil desempeñar un rol constructivo en la sociedad sin que antes nos hayamos fortalecido como persona…  ¡Nadie puede dar lo que no tiene!

Mis fuentes de vitalidad.     

Los humanos disponemos de varias fuentes de energía: 1) La acumulada por la humanidad durante la evolución de la vida, heredada de nuestros ancestros e impresa en el ADN; 2) La natural que recibimos a diario del astro sol a través de los alimentos y empleamos para desarrollar las tecnologías que nos simplifican la vida; y 3) La acumulada en nuestra persona que signa y promueve nuestro propio desarrollo.

Una inmensa cantidad de poder personal sujeto a nuestra libre elección, el privilegio que tenemos de utilizarlo para el mejor funcionamiento de la sociedad y el cuidado del ecosistema.

La ruta de uso de mi energía personal.

Ante la peligrosa crisis ambiental que enfrentamos, podemos canalizar todo este reservorio de energía personal para atenderla si nos focalizamos en asuntos clave con los cuales potenciar nuestra efectividad y tomar las rutas que lo permitan para alcanzar la meta:   

* Fortalecerme primero como persona.

Es esforzarnos por conocer nuestras capacidades y fortalezas particulares para ponerlas al servicio de la sociedad y el cuidado del ambiente, con la convicción de que la efectividad del colectivo solo es posible con el empoderamiento de cada uno de sus integrantes.

* Asumir una actitud personal positiva.

Haremos lo que nos corresponde si lo decidimos de forma voluntaria, el privilegio universal de poder elegir. Los resultados serán marcadamente distintos cuando tomemos el control de nuestra vida y participemos responsablemente en la conservación del ambiente.

* Manejar de forma inteligente mis pensamientos.

Actuamos por intermedio de los pensamientos, ya que si no lo pensamos primero no es posible que las ideas se vuelvan realidad. Los pensamientos son energía que transmite información, controlan nuestras creencias, determinan la actitud y conducta y por su intermedio se materializan los resultados que nos interesan.

Cuidamos el ambiente con los pensamientos que generamos: sueños, ideas, intenciones, deseos, aspiraciones… aunque no es suficiente imaginárselos, hay que trasladarlos desde el inconsciente a la mente consciente donde las ideas se transforman en realidad, eliminando las creencias que nos frenan a actuar: si pensamos en aciertos, acertaremos; si pensamos en fracasos, fracasaremos.

* Ejercer la ética personal.

La ética crea la conciencia, los criterios que usamos para orientar nuestras iniciativas hacia lo que valoramos. Valorar el uso que hacemos de la energía universal en nuestra relación con el ecosistema consiste en asegurar que su uso sea eficaz y también eficiente, los dos valores contenidos en las leyes de la energía.

Una conducta eficaz consiste en: cuidar, construir, salvar, mantener, controlar… Una conducta eficiente en: negociar Ganar-Ganar, aclarar, colaborar, respaldar, respetar…

La conducta ineficaz es: abandonar, destruir, ocultar, agredir…

La conducta ineficiente es: confrontar, Ganar-Perder, esconder, entorpecer, engañar, ofender, no atender…

La integridad es la virtud de la transparencia, es hacer coincidir lo que pensamos y decimos… con lo que hacemos, la demostración de nuestra sincera intención… hoy en día tan ausente en la actuación de empresarios, gobiernos y personas.

* Mi marco referencial. 

Mejorar el conocimiento que tenemos del ambiente y de las variables que contribuyen a su cuidado es fortalecer las referencias que utilizamos para tomar nuestras decisiones.

Las creencias sustentadas en el conocimiento son robustas y constituyen la clave mágica para actuar con seguridad, pues si no lo creemos la mente no nos permitirá actuar, no lo podremos ejecutar.

Si no somos optimistas acerca de que el ambiente se puede recuperar y que superar la crisis es posible, esto nunca sucederá; si creemos que nuestra acción personal no servirá de nada pues el resto de la humanidad no colabora, nos paralizaremos. Preocúpate por ejercer tu responsabilidad con el ambiente y deja que los demás hagan lo que les corresponde.

Primero hay que creer que la crisis ambiental la podemos sobrepasar, para poder visualizar una sociedad sin problemas ambientales, la nueva realidad física forjada con el alto potencial energético de nuestra mente.

* Mis fuentes de Información.

Una buena información permite tomar buenas decisiones; la que no lo es resulta marcadamente peligrosa pues condiciona los criterios con los que valoramos. La información sensacionalista abunda en los medios de comunicación, opaca la comprensión de lo que sucede en el medio natural y confunde a la población en cuanto a la forma de comportarse.

Aprender a vincularnos con la información relevante, veraz y confiable es clave, como también lo es su difusión correcta, cuando usamos un lenguaje de fácil comprensión para el grueso de la población.

* El desarrollo de mi conciencia crítica personal.

Aprender a interpretar lo que sucede en el entorno, escudriñar la información y diferenciar la que es correcta y la que no lo es, ser capaces de formarnos un criterio personal que se acerque lo más posible a la realidad y a la verdad, es la demostración de que nos hemos desarrollado apropiadamente y tomado la ruta correcta.

Asumir la responsabilidad que tenemos con el cuido del ambiente es participar con ética desarrollando la conciencia crítica personal, vincularnos con información e informantes de calidad, cuidar lo que pensamos y las creencias que nos limitan, la forma inteligente con la que podremos ser más asertivos y obtener un mayor rendimiento cuando ponemos nuestra energía al servicio de la sociedad y al cuidado del ecosistema.

¿Preparados para tomar la ruta hacia la revitalización del ambiente?

Pues vamos allá, que el camino es largo y con obstáculos, pero será provechoso para nuestro futuro y la vía correcta hacia el reencuentro con el ambiente que nos protege.

¡Hagamos el cambio!

«Lo único que se interpone entre tu sueño y tú es la voluntad de intentarlo y la creencia de que en realidad es posible.»

Joel Brown

 

Escrito por

Víctor José Falcón Borges

El Don de la Energía

www.eldondelaenergia.com

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Del autor

Víctor José Falcón Borges

BChem, BEng (Chem), MEng (BioChem), MBA, AMIChemE

Soy Víctor José Falcón Borges, profesional de la química, ingeniería química y bioquímica y administración de empresas, docente de pre y posgrado, con experiencia en ciencias gerenciales y negocios, pero también un amante la naturaleza, la vida y la familia.

Por más de 40 años me he dedicado de forma sostenida a la consultoría gerencial, trabajando con empresas líderes, dando soporte a proyectos de relevancia y usando metodologías propias, con la convicción que la tecnología no es suficiente sin una buena gestión gerencial que alinee los recursos humanos y la conservación del medio ambiente que nos sostiene.

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